Nos pasamos la vida buscando. Buscamos hacer lo correcto, buscamos dinero, buscamos amor, buscamos felicidad, siempre buscamos, continuamente estamos pensando en cómo llegar a conseguir lo que queremos.
Muchas decepciones por el camino hacen que muchas personas decidan dejar de buscar, vivir con lo que no les gusta, algunas bajo la maravillosa palabra de la aceptación, en la mayoría de los casos mal entendida.
Aceptar no es dejar de desear, no olvidarse que se quiere lo mejor para uno mismo. Aceptar solo es dejar que las cosas fluyan, aunque no nos gusten, pero no significa inmovilización.
La inmovilización que sufrimos muchos en muchos apartados de nuestra vida viene debido a que buscamos las respuestas a todas nuestras dudas en el exterior, que alguien (una persona o las creencias de la sociedad) nos digan que es lo que tenemos que hacer, incluso que buscar, porque en definitiva, lo que todos buscamos es la felicidad, aunque muchos nos equivoquemos en la vía por donde llegar a ella.
Este pedacito del libro «La princesa que creía en los cuentos de hadas», creo que puede ilustrar algo al respecto:
Paseando por el estanque, la pareja vio a un hombre inmóvil con un sombrero blanco de pescador sentado en un leño.
-¿Qué le pasa?, – preguntó la princesa.
-No lo sé muy bien. Empezó así un día que no fue capaz de decidir que caña de pescar debía usar. Le preguntaba a todo el que pasaba, pero unos le decían que empleara una y otros la otra. Después, tampoco supo si debía ponerle cebo fresco o no, ni en qué lado del estanque tenía que sentarse. Pidió la opinión de los demás, pero, en efecto, unos se inclinaron por un cebo y otros por el otro. Algunos le aconsejaron que se sentara aquí, otros allá y los demás no supieron que contestar o les daba igual, o las dos cosas. Empezó a ponerse nervioso y a dar vueltas de un lado a otro. Entonces, les preguntó a los que pasaban si había peces en el agua… aunque ya sabrás que ésta es la tierra de la ilusión y nada es lo que parece. Así unos le dijeron que si, otros que no y al final dejó de preguntar. Lo siguiente que sabemos es que se desplomó en ese tronco y nadie le ha visto moverse desde entonces. Me imagino que la única decisión que tomó fue la de no hacer nada más en su vida.
-¿Le ha preguntado alguien por qué creía que todo el mundo sabía mejor que él lo que tenía que hacer?, – preguntó la princesa al tiempo que se le refrescaba la memoria.
-Sí, le preguntamos por qué tenía tantos problemas para decidirse y nos contestó que siempre tenía miedo de equivocarse en la elección.
-¿Y qué más daba si hubiera sido así? – preguntó la princesa sintiendo pena por el hombre-, ¿se habría acabado el mundo si hubiera elegido la caña negra en vez de la marrón o si hubiera decidido emplear un cebo en lugar del otro aunque hubiera visto más tarde que no era el correcto?
En ese momento recordó la veces en las que ella, le había ordenado a un criado que fuera a caballo a entregarle una nota a la reina pidiéndole su opinión sobre lo que debía hacer con esto o con aquello. Luego, le vino a la mente el pergamino con los pros y los contras, y volvió a sentir un malestar bastante familiar. Se dio cuenta de sus nervios a la hora de tomar una decisión por miedo a cometer un error.-Parece más una estatua que un hombre, dijo la princesa. En ese momento pasaron por su mente muchos recuerdos sobre la confusión, la miseria y la desesperación que tanto le habían dominado los días que se quedó en la cama, negándose a salir de ella.-Hay mucha gente por aquí que no vive mejor que él. En realidad, no se sabe quienes son ni lo que hacen, van saliendo del paso día tras día, preocupándose por esto o por aquello, haciendo un sinfín de locuras e intentando darle sentido a todo…»
Reflexión:
Pero no está todo perdido, si conseguimos buscar dentro de nosotros en lugar de fuera, si conseguimos creer que dentro de nosotros tenemos una sabiduría increíble y que un error no es un error sino un aprendizaje, tenemos un amplio mundo por donde movernos, explorar y sobre todo vivir.
Esta inteligencia está dentro de nosotros, no está en nuestra mente, nuestra mente se basa en lo que otros nos han enseñado, y al fin y al cabo estaríamos haciendo lo mismo. Saber que es lo que necesitamos y cual es el camino adecuado para llegar a ello está sólo dentro de cada uno.
Tú tienes tus propias respuestas, tú tienes tu camino, busca dentro de ti.
Besos y Abrazos
Guau!!
Creo que pasamos demasiado tiempo pensando en que es lo correcto y que no.
Desperdiciamos muchas oportunidades o momentos de ser felices por el temor o el miedo ser juzgados de no hacer lo correcto lo ético.
La vida solo es una con un principio y un fin pero mientras estemos en ella hay que vivirla feliz como si fuese el ultimo día. Porque nunca sabremos cuando llegara ese momento.
Me encanta tu manera de escribir y de expresar las sensaciones los sentimientos.
Es una reflexión muy interesante y me despierta las ganas de seguir conociéndome. Gracias
Que sabiduría más verdadera y real.
Gracias por tu, siempre, precisa aportación que sé que te sale del corazón, Montse…