La queja es algo cotidiano que practicamos todos en algún momento determinado de nuestro día a día y cumple la función de desahogarse, de liberar el malestar que produce una situación determinada. Por tanto, quejarse no es algo malo, eso sí, siempre y cuando se haga de forma medida y no lo conviertas en un estilo de vida puesto que sólo con la queja no conseguirás cambiar las circunstancias o situaciones que tienes.

Además de nuestro diálogo interior que ya de por si puede llegar a ser muy tiran@, está la forma que tenemos de contar lo que nos pasa a los demás, así que os doy algunas recomendaciones para no caer en la queja reiterada ya que hay que vigilar la mente, cuanto más te quejas más te debilitas, cuanto más agradeces, más te fortaleces…

Besos y Abrazos