A todos y a cada uno de nosotros, la vida nos “regala” experiencias de dolor y de dificultad, y digo «regalan», porque son esas experiencias las que nos pueden llevar a abrir ese canal a través del cual podemos aprender a vernos, a tomar conciencia de los discursos mentales que nos decimos, sin entender que esto no, nos define.

Os diría que la vida decide por azar, sin que tú hagas o dejes de hacer nada.

Lo que si nos permite es tomar la «decisión» de cómo tú quieres vivir eso que te está tocado vivir. Eso si depende de ti, de cómo vives y cómo aprendes de esta experiencia.

Cuando el dolor nos golpea nos podemos quedar lamentándolo el resto de nuestra vida o podemos recoger eso y utilizarlo como motor para estar más cerca de nuestra pura vida.

Nos guste o no la vida es tremendamente injusta, ya que nadie se merece nada que ningún otro ser humano no se merezca. La vida nos da privilegios sin que nos lo merezcamos y nos da dolor sin que nos lo merezcamos.

Lo que nos toca es rendirnos al misterio de la vida, ya lo decía Saint Exupéry, autor del Principito:
“Cada persona tiene que pasar por algo que lo destruya para descubrir quién es realmente”

Viéndolo desde esta perspectiva os diría que todo es aprendizaje, aunque para esto se requiere de un tiempo que cada persona necesita pasar, ya que es un camino de dolor, que te lleva como decía San Juan de la Cruz, a las noches oscura del alma, y te tienes que quedar en las noches oscura del alma el tiempo que haga falta para resurgir.

No se puede encontrar la luz, sino estás en la oscuridad y como digo, esto requiere su tiempo.

Si estás pasando por un momento difícil, no dudes en buscar ayuda psicológica. A lo largo de mi trayectoria profesional, he acompañado y acompaño a muchísimas personas cuando están en esa oscuridad, lo que yo te ofrezco en mis terapias es llevarte a «Renacer» a pesar de la adversidad que te esté tocando vivir, siempre desde el amor, ayudándote a que tomes conciencia de tu verdadera esencia, que es, amor. Cuando alguien siente que renace, se está rehaciendo, se está transformando. La vida no nos pide que comprendamos, solo nos pide que la vivamos.

¡Viveme!

Besos y Abrazos