En mi devenir como profesional cada día tengo más integrado que solo enseñaremos lo que queremos aprender y nada más.
¿Y qué tengo que enseñar? Y la respuesta ha venido clarísima:
Amor
Lo único que acaba con el miedo es el amor pero en este mundo todo está invertido y al revés; le tenemos miedo al amor y nos refugiamos en un sueño de muerte y de terror.
Esto se puede acabar, para ello nos toca despertar y darnos cuenta de que nuestra única identidad es que somos, Amor.
Enseña Amor, porque eso es lo que eres y eso es lo que todos somos; lo que pasa es que la mayoría aún no lo saben, porque siguen dormidos, así que ese es mi propósito, ayudar a despertar para que puedas descubrir el Amor que ya eres.
Besos y Abrazos
Me parece fascinante cómo exploras la relación entre el amor y el miedo. Es cierto que el miedo puede ser una barrera, pero también una oportunidad para sanar y crecer. ¿No crees que, a veces, ese miedo es más una excusa para evitar la vulnerabilidad? Me pregunto si realmente estamos dispuestos a enfrentar nuestras heridas o si preferimos escondernos detrás del temor. El amor auténtico, como mencionas, nos transforma y nos hace más conscientes de quienes somos. ¿Pero qué pasa cuando el miedo es tan grande que nos paraliza? ¿Cómo podemos encontrar el equilibrio entre proteger nuestro corazón y permitirnos amar plenamente? Me encantaría saber tu opinión sobre cómo superar ese miedo sin perder nuestra esencia.
Gracias por tus palabras tan sensibles y por abrir un espacio de reflexión tan honesto.
Sí, el miedo muchas veces se disfraza de prudencia o de autoprotección, pero en realidad encierra una herida no mirada. La vulnerabilidad, como bien dices, es la puerta al amor auténtico, pero también es la que más nos cuesta atravesar porque implica mostrarnos tal cual somos, con nuestras cicatrices.
Cuando el miedo es tan grande que nos paraliza, no se trata de forzarnos a amar, sino de acompañarnos con compasión. El primer paso es sostenernos a nosotros mismos en ese miedo, comprender de dónde nace, y darnos permiso para sentir sin juzgarnos.
No hay una fórmula mágica, pero sí un camino: conocerse, sanar lo que dolió y aprender que amar no es perder la esencia, sino regresar a ella. A veces, el equilibrio se encuentra no en protegernos del amor, sino en elegirnos primero, para poder luego abrirnos desde un lugar más libre y consciente.
Gracias por tu generosa mirada. Me alegra que este despertar te resuene.
Me encanta cómo abordas el tema del amor y el miedo que a veces lo acompaña. Es cierto que el amor puede ser aterrador, especialmente cuando hemos sido heridos en el pasado. Sin embargo, creo que el miedo no debería ser un obstáculo, sino una señal de que hay algo que sanar. ¿No crees que el miedo al amor es, en realidad, una oportunidad para conocernos mejor? A veces, me pregunto si ese miedo no es más una excusa para no arriesgarnos a ser vulnerables. ¿Qué opinas? ¿Crees que el miedo al amor es algo que debemos superar para poder vivir plenamente? Me parece que el amor, cuando es auténtico, nos ayuda a crecer y a ser más nosotros mismos. ¿No es eso lo que realmente buscamos?
Gracias por tu hermoso comentario, tan honesto y profundo. Coincido contigo: el miedo, más que un enemigo, puede ser un mensajero. Nos señala dónde están las heridas, sí, pero también dónde hay vida latiendo, donde hay algo que importa.
Tu pregunta me parece clave: ¿y si el miedo al amor fuera en realidad una puerta hacia el autoconocimiento? En muchas ocasiones, es precisamente cuando nos sentimos más vulnerables que descubrimos partes de nosotros que estaban dormidas o silenciadas. Amar —y permitirnos ser amados— nos expone, nos pone frente al espejo… y también nos transforma.
Superar el miedo al amor no significa negarlo, sino atravesarlo con ternura, con presencia, con conciencia. El amor auténtico, como bien dices, nos invita a crecer, a ser más verdaderamente quienes somos. Y tal vez por eso también asusta: porque intuye que nos va a cambiar.
Gracias por compartir tu mirada. Me alegra que esta publicación haya resonado contigo. Seguimos despertando juntos, hacia el amor.
El amor es una fuerza poderosa que puede transformar nuestras vidas. A veces, el miedo al amor surge de experiencias pasadas o de la incertidumbre del futuro. Sin embargo, abrazar el amor nos permite crecer y encontrar paz interior. Es curioso cómo algo tan hermoso puede generar tanto temor en algunas personas. ¿Será que el miedo al amor es en realidad miedo a perder nuestra propia identidad? Creo que vale la pena reflexionar sobre esto y enfrentar nuestros miedos para vivir plenamente. ¿Qué piensas tú? ¿Crees que el miedo al amor es justificado o es algo que debemos superar?
Gracias por tu comentario tan profundo y lleno de sensibilidad. Coincido contigo: el amor es una de las fuerzas más transformadoras que existen, y al mismo tiempo, una de las que más nos confrontan con nuestras propias heridas, inseguridades y límites.
El miedo al amor, como bien dices, muchas veces no es al amor en sí, sino a lo que creemos que podemos perder al entregarnos: nuestra identidad, nuestra independencia, o incluso el control sobre lo que sentimos. También puede ser miedo a repetir historias dolorosas del pasado.
Pero justo ahí es donde el amor nos invita a crecer. No se trata de perdernos en el otro, sino de encontrarnos de una forma más auténtica. El amor —cuando es consciente y libre— no nos quita nada esencial; al contrario, nos ayuda a expandirnos.
¿Es justificado ese miedo? Tal vez sí, si ha habido dolor. Pero creo que vale la pena atrevernos a mirarlo, a sanar lo que haya que sanar, y a permitirnos vivir el amor con presencia, con respeto y sin renuncias personales. Gracias por dejar esta reflexión, porque invita a despertar no solo al amor, sino también a la valentía de amar desde el alma.
El amor nos libera de todo miedo.
¿porque tanto miedo al amor?
Gracias por el pensamiento, más bien por la verdad que yo mismo me tengo que creer.
El Amor hecha fuera el temor.