«Sólo mis propios pensamientos pueden afectarme».
Hay pensamientos recurrentes que pueden terminar poseyendo a la persona, todo depende del valor que le des. Diría que no se puede no tener pensamientos, estos pueden ser como una montaña, un elefante, un burro, una hormiga… o como la niebla que se disipa con el sol.
La fuerza y el tamaño que tengan depende enteramente de la importancia que le des.
«Dónde pones tú atención, pones tú energía».
Cuando te descuidas y el miedo te agarra, recuerda que no dependes de las circunstancias externas, que no hay nada fuera de ti que pueda hacerte daño, que eres tú asustándome a ti mism@. Y así poder recobrar las riendas de tu mente. Para no terminar exhausto, deja de luchar contra ellos, cuanto más luches más persistentes se harán y más lo sufrirás.
Besos y Abrazos