Ser agradable, o amable, está en peligro de extinción.

Lamentablemente nuestra sociedad se está volviendo más insensible y sobre todo menos humana.

Cada vez hay menos personas que se acercan a alguien para interesarse por su vida, para animarle, para acompañarle, para darle cariño o para hacerle más feliz.

La mayoría de las veces este acercamiento se produce por un interés, ya sea porque necesitas algo de alguien o para que te solucione algún problema, pero luego, ¡si te he visto no me acuerdo!

No somos conscientes que todos tenemos un recurso a nuestro alcance que es gratuito y fácil de usar y se llama, “ser agradable«, cuando vas a la compra, en el banco, con la pareja, con la familia, con los compañeros de trabajo…, si sonríes, si saludas o si das los ¡buenos días, buenas tardes o las buenas noches! Con tan poquito de cada uno, haríamos un mundo algo mejor, teniendo en cuenta los tiempos que nos está tocando vivir, dónde muchos lo están pasando francamente mal, llegando incluso a sentir que su vidas no le importa a nadie.

Cuando nos tratan con agrado y amabilidad, se produce una energía muy bonita, antes lo llamaban educación, ahora desgraciadamente está en desuso y sobrevalorado, cuando debería de ser imprescindible y de obligado cumplimiento en nuestra relación interpersonal.

Con nuestro comportamiento se podrían mejorar la vida del otro y sobre todo la tuya, ya que los efectos que ser agradable provoca, es bidireccional.

Cuando no miras, o no escuchas, cuando pones cara de “¡y a mí que me cuentas!”, las malas contestaciones, el ignorar, el menospreciar, ninguna de estas actitudes lógicamente hará que quién se acerque a ti, se vaya un poquito más feliz.

Que importante es ponerle corazón a quién tienes enfrente.

Nos iría bastante mejor si cada uno de nosotros hiciera suya la cita de la madre Teresa de Calcuta:

No dejes que nadie se acerque a ti sin que, al irse, se sienta mejor y más feliz” o también le podríamos dar la vuelta a la cita, “No te acerques a nadie, sin que, al irte, se sienta mejor y más feliz”.

La falta de amor, es la mayor pobreza del ser humano.

A ti que estás leyendo esta entrada, a ti que me dedicas un minuto de tu precioso tiempo dejándome algún comentario, a ti que compartes lo que escribo y me animas a seguir haciéndolo, a ti, solo puedo darte las gracias en mayúsculas.

Gracias de todo corazón.

Besos y Abrazos