Erase una vez un caminante en medio de la montaña. A lo lejos divisó un gran rebaño de ovejas dirigidas por un rústico pastor. Como no tenía mucho que hacer, se acercó al hombre y le preguntó:

—¿Qué tiempo vamos a tener hoy?

El pastor se levantó la gorra y respondió:

—Sin duda, el tipo de tiempo que más me gusta.

El forastero se quedó sorprendido por la réplica y dijo:

—¿Cómo demonios sabe qué hará un tiempo de su gusto?

Y el pastor le respondió:

—Amigo mío: como hace tiempo que averigüé que no siempre obtengo lo que quiero, he aprendido a apreciar lo que tengo. Por eso sé que hoy hará un día fantástico.

Reflexión:

¿Sabemos apreciar lo que tenemos? Quizás no nos demos cuenta, pero el mejor tiempo es el que está haciendo hoy, aquí y ahora, en este preciso y justo momento. Este relato nos puede hacer reflexionar sobre la importancia de aceptar el momento presente tal y como si lo hubiésemos elegido nosotros. Porque a fin de cuentas es lo único que tenemos. Tanto si llueve, hace calor, nieva o sopla el viento… Todo es divino dentro del Universo. Cada momento es un regalo y es mejor que aprendamos a valorarlo y apreciar la belleza y encanto que hay por doquier, aunque desgraciadamente muchas veces ni nos damos cuenta de ello.

Como no destacar la importancia que el factor “tiempo” puede tener por ejemplo, para una persona que está pendiente de una donación de médula, os comparto lo que hace poco leí de un joven malagueño, paciente de leucemia que está a la espera de un donante, “El tiempo es “Ahora”, mi momento presente, mi cáncer no es una puta mierda, ni una maldición, ni nada asqueroso. Es una oportunidad de ver la vida tal y como es, pudiendo saborear el aire que respiro, cada alimento que me llevo a la boca, cada beso, cada respiración. Cambiar el mundo es imposible, pero si podemos cambiar cada uno de nosotros y hacernos conscientes de nuestra realidad. Puedo morir o no, puede haber un donante para mí o no, puede haber un donante y que yo me muera por un rechazo, no sabemos nada de lo que pasará, pase lo que pase será lo correcto. No podemos estar pensando en el pasado ni en el qué pasará, tan solo podemos ver el presente, el ahora, ver que solo existe el momento, todo llega, pero solo existe el ahora”, Pablo Ráez Martínez.

“Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias”. Locke, John.