Se cuenta que dos jóvenes monjes de un monasterio tibetano fueron encargados, por su maestro, de comprar los comestibles del mes en un pueblo lejano. Ambos viajaron hasta allí con los ahorros que le habían dado, realizaron la compra e iniciaron el regreso.

Ya con los víveres y de vuelta al monasterio, hallaron un hombre viejo sentado al lado del camino que les interpeló: 

– ¿Cómo seguís este camino? ¿Es que no sabéis que está lleno de bandidos que os van a atracar? Si cogéis el sendero de la derecha viajaréis más seguros y mejor. Así lo hicieron los jóvenes. Sin embargo, fueron asaltados y perdieron todos los víveres. Al llegar desolados al monasterio, el maestro hizo pasar al primer monje a su aposento y le interrogó:

– Dime, ¿Qué has aprendido de lo que os ha ocurrido?

– Maestro, he aprendido, que no debo confiar en desconocidos, dijo el joven monje. A continuación, hizo pasar al segundo monje y le hizo la misma pregunta:

– Dime, ¿Qué has aprendido de lo que os ha ocurrido?

– He aprendido a esperar lo inesperado.

A la mañana siguiente el primer monje salió del monasterio para no volver. El segundo se quedó: había realizado el aprendizaje correcto.


Reflexión:

Nos cuesta entender y aceptar que no podemos controlarlo todo,. Nunca actúas sobre lo que sucede sino sobre tu interpretación de lo que sucede. Como construyas dicha interpretación es vital, porque determina tanto tu experiencia como tu comportamiento.

Hay una cosa que olvidamos a menudo y es que estamos aprendiendo, quizás sería bueno tomarnos la vida como un aprendizaje, abrirnos a sentir que todo lo que nos pasa, es para algo, podríamos dejar de juzgar la vida, etiquetándola de «buena» o «mala», de esta forma nos permitiríamos vivir lo que puede aportarnos dichas experiencias.

Quizás eso que te irrita te está enseñando sobre la paciencia. Aquellos que te abandonan t están enseñando a valerte por ti mismo. Eso que te enoja te está enseñando sobre la compasión y el perdón. Todo eso que odias te está enseñando sobre el amor incondicional. Eso a lo que temes te está enseñando sobre el coraje y sobre como superar tus miedos. Todo aquello que no puedes controlar te está enseñando a aprender a soltar.

Decididamente nada ocurre sin un motivo, todo lo que nos ocurre trae una lección para enseñarnos algo.

El sufrimiento estará muy presente sino aprendemos a vivir la vida de otra manera, no podemos evitar el dolor, ni la pena, ni cualquier otro sentimiento, pero si podemos vivirlo sin sufrimiento. Tal y como dice el maestro Osho, sufrimos por: «Querer controlarlo todo, por desear que las cosas sean como tú quieres, por aferrarse a lo que no puede ser, por desear que el pasado sea diferente, por querer que otros sean como tú quieres que sean, por no aceptarse tal y como eres en cada momento. En resumen, por vivir en tu mente y perderte de lo único que tenemos, del presente».

Besos y Abrazos