Es tan frágil la línea que separa, lo que deseamos y lo que creemos que necesitamos para vivir, que diferenciar entre ellas no resulta fácil.  Desgraciadamente solemos confundir ambos conceptos y si lo miramos con detenimiento, «desear» y «necesitar«, no tienen nada que ver, pero a veces separarlos nos cuesta la misma vida.

Saber distinguir entre lo que «querría» y lo que te dices a ti mism@ que “necesitas” para vivir, es una de las claves para dejar de sufrir innecesariamente.

Un «deseo», sería todo aquello que nos gustaría de una manera u otra conseguir, (deseo una casa más grande, o con más dormitorios, un coche nuevo, un trabajo mejor, una pareja, etc.…). En cambio, una «necesidad», es algo que necesitas para poder vivir, por mucho que nos engañemos las necesidades tendrían más que ver, con tener cubiertas nuestras necesidades básicas (beber, comer, dormir y sentirnos protegidos bajo las inclemencias).

¿Es bueno tener deseos?

Claro que sí, soñar siempre es bueno, tener intenciones de mejorar, de desear, por ejemplo, tener pareja… Nada de eso es malo, el problema radica en convertir estos deseos, en una necesidad imperiosa para vivir. Ya que te acarreará más inseguridad, quizás ansiedad, depresión por considerar que sin eso que deseas, tu vida no tiene sentido y te llevará a vivir sintiéndote insatisfech@.

¿Qué te dices a ti mism@ que necesitas para vivir?

Recuerda que, aunque desees muchas cosas, habrá veces, en ocasiones más de la que quisieras, esos deseos no se van a cumplir y te aseguro que no va a pasar nada.

No dejes de desear, pero sin apegarte a ello como una necesidad. Vivir sin la sensación de “necesitar”, es una buena opción para no añadir sufrimiento al sufrimiento de no conseguir lo que tanto deseas.

Besos y Abrazos